viernes, 29 de octubre de 2010

AVISO: cambio de dirección...

Es el mismo blog, pero cambia la dirección a:


 El motivo es poder trabajar los dos blogs en español e inglés dentro de una misma cuenta de Google.

Si aquí me "seguiste" mediante Networked Blogs o Google Follower, te pido de favor que me vuelvas a "seguir" en la nueva dirección.


¡Muchísimas gracias!


Greg

miércoles, 20 de octubre de 2010

¿Por qué blogs simétricos en español e inglés?


¡¡¡PORQUE PUEDO!!!

(Síndrome de Tarzán... entra Greg, brincando en la mesa de la cocina, golpeándose el pecho y soltando su mejor grito posible al estilo de Johnny Weismuller.)  Disculpa que está en inglés...


El español para mí es una habilidad adquirida; no sabía ni una palabra hasta 1977. Tenía 27 años. Es algo con que me siento cómodo ahora porque he vivido prácticamente todo el tiempo en el idioma desde entonces. Casi toda mi experiencia en el ministerio y mi material preparado para sermones y estudios es en español.

Así que, si tengo esta habilidad, ¿por qué no presumirla?

Bueno, si termino aquí, ¡qué fea esta entrada!

Hay una tendencia en algunos de no esforzarse en asuntos espirituales... una renuencia a hacer lo mejor posible y usar sus talentos al máximo. ¿Por qué? por el miedo a fallar o a que alguien piense que son engreídos.

¿Por qué me he decidido trabajar el doble para mantener mis blogs simétricos en inglés y español? (ya me bajé de la mesa y estoy sentado a mi laptop)

La respuesta espiritual -y la más correcta- sería:

PORQUE SI PUEDO, ¡¡¡DEBO!!!

Como sea y por motivo que sea, Dios me permitió esta habilidad; sería una negligencia escandalosa de mi parte enterrarla y no sacarle el máximo provecho posible. Es, a fin de cuentas, suya, como yo soy suyo.

En mi caso, le debo a Dios. Y le debo a muchos de Su pueblo. Casi me siento como una persona partida en dos, un Cuento de Dos Ciudades, una biografía de dos capítulos....

Les debo a los del lado inglés de mi vida; les debo a los del lado español de mi vida. No les debo a todos exactamente lo mismo.

Le debo al capítulo inglés de mi historia por todo lo que me trajo al punto de poder tener un capítulo español en mi historia.

Le debo al lado español de mi vida lo más importante que recibí del lado inglés de mi vida. Como sucedieron las cosas, mi crianza, mi educación, mi conversión a Cristo, mi deseo de ministerio vinieron en ese tiempo. Y, mi deuda ahora es como la del Apóstol Pablo...

“14 A griegos y a no griegos, a sabios y a no sabios soy deudor. 15 Así que, en cuanto a mí, pronto estoy a anunciaros el evangelio también a vosotros que estáis en Roma.” (Romanos 1:14-15)

...el compartir el maravilloso mensaje de Jesucristo a los que él ponga en mi camino.

Basta con lo mío. Por favor, no me digas que no tienes nada que ofrecerle a Dios... a tu iglesia... a los que te rodean que aún no conocen a Cristo. ¡No te hagas!

¿Cómo va el refrán? "La pena es primo hermano del orgullo."

Nosotros no asumimos el papel que nos toca ni lo hacemos con el esmero que se amerita -no porque somos muy santitos y casi enfermamente humildes- sino por temor a la pena o la burla si otros se dan cuenta cuando la regamos. (y seguramente la vamos a regar de vez en cuando).

Para nosotros que estamos ministrando de algún modo público... cuando fallamos, es nuestro privilegio hacerlo delante de docenas o hasta cientos. Aquellos que se dejan vencer por la pena nos critican, pero lo hacen por cubrir sus propios traseros.

Hay consuelo. Una vez que checamos que nuestros propios motivos sean puros, podemos estar en paz. Podemos dejar que los criticones y los que solamente hacen excusas disfruten las consecuencias de sus propias maniobras.

Así que... por favor... estudia mi video de entrenamiento (arriba)... y ¡suéltate!

P.D. Hace poco subí dos páginas estáticas al margen derecho: "Más acerca de nosotros..." y "¿Por qué este blog?", por si alguien quisiera conocernos un poco mejor.

lunes, 11 de octubre de 2010

Fijando huesos rotos...


(basada en una experiencia de mi ministerio en Cancun y dedicado a un amigo en otro lado)

Una miríada de complejidades rodea al hermano "tomado en alguna falta" (Gálatas 6:1) Cada incidente trae su propio conjunto de elementos y circunstancias. Al contemplar una entrada de blog sobre esto, me pregunto, "¿por dónde empiezo?"

Sin embargo, sí, estoy seguro de una cosa:

¡Quiero que vuelva!

¡Y que esté mejor que nunca!

Creo que así lo desea Jesús también.

“Yo buscaré la perdida, y haré volver al redil la descarriada; vendaré la perniquebrada, y fortaleceré la débil...” (Ezequiel 34:16a)

Refrescar huesos es un reto, pero un ministerio divertido. Si lo hago bien, otros están felices. Y eso me hace felíz a mí.

Fijando huesos rotos es un proceso distinto... ayudando a que otros conozcan a Jesús, quién les ayuda a componer sus vidas de tal modo que no quieran ya otra cosa más que servirle.

Aun hay otro ministerio: a creyentes que se han caído y se les han roto los huesos espirituales. Para mí, aquí es donde se pone feo el asunto.

Conozco a una persona que se fracturó el brazo de chiquita. Hoy está bien. Pero cuando la ves, te das cuenta de que en algún momento en la vida se había fracturado el brazo y que nunca va a ser como antes.

Conozco a personas que se han caído y se les rompieron los huesos espirituales. Por alguna razón, los huesos rotos no se los fijaron bien. En cuanto las ves, te pones triste, porque pareciera que nunca van a ser como eran antes.

¿Será toda la culpa de los que se cayeron? ¿Qué tan bueno soy, realmente, para fijar huesos rotos?

Tengo una idea de cómo refrescar huesos; entiendo la teoría de fijar huesos rotos. Pero me siento como novato cuando se trata de personas que sus huesos rotos se los fijaron de tal modo que sean diferentes... pero no para bien.

Sé que no puedo arreglarle la vida espiritual rota a nadie. Solamente me pregunto si me da temor enfrentar las complejidades que se presentan; o si me da temor subir la luz para que quede al descubierto mi propia falta de capacidad para fijar huesos.

Confieso que mis propias ideas de cómo fijar huesos rotos pueden estorbar el trabajo de Dios en los que se me acercan.

Pero más allá de eso, una parte de la responsabilidad de los huesos mal fijados proviene de una fuente que me da miedo; una de que no me gusta hablar tanto ante todos en un domingo: el tipo de fundamentalismo en el que había envuelto mi cristianismo era parte del problema.

Había actitudes y suposiciones implícitamente proyectadas como parte de ser un "verdadero" cristiano que impedían mi capacidad de fijar huesos rotos.

De repente, pienso que los afectados deberían de demandarnos a nosotros los "fijadores de huesos"... porque a lo mejor hayamos tenido parte en su caída desde el principio.

En lugar de susurrar acerca de los heridos y caídos en el reino de Dios y de qué les haya pasado en su propio interior, tal vez sea más provechoso para mí enfocar más atención a mi propia capacidad de fijar huesos rotos.

Querido hermano que te caíste y se te rompieron los huesos espirituales: Ojalá y pudiera darte un abrazote y decirte en la cara, "¡No tuviste toda la culpa! ¡Te tendieron una trampa!" Jesús te ama más de lo que pareces aceptar por ahora. Te quiere ver de vuelta... y yo también! Siempre te querré... Greg

lunes, 4 de octubre de 2010

El peligro de una sola historia...

Este video lo vinculé a mi Facebook en mayo de este año. Para mí, valió la pena dedicarle 19 minutos de mi tiempo. Ahora que hay más tráfico en mi blog, quisiera compartirlo aquí también. Espero que sea de tanto provecho para tí como lo fue para mí.

(seleccionar "View subtitles" --- "Spanish" para subtítulos en español)



martes, 28 de septiembre de 2010

Te conviene seguir mi blog...

Hoy me di cuenta de que cumplo un año con mis dos blogs. Luego, se me ocurrió hacerlos paralelamente; o sea, que salieran los mismos temas en ambos idiomas.

Sigo contento con mi propósito original. Resulta que disfruto el tiempo que pueda invertir en cada entrada. Ha sido una labor más satifactoria de lo que me imaginé.

¿Qué tal si el texto lema para mis blogs se convierta en un ministerio real de "refrescar los huesos"? Lo que se inició al principio con poca premeditación podría, con algo de enfoque y esfuerzo, resultar en alivianar la carga de alguno, hacerle menos oscuro el día para otro, inyectando un momento de optimismo y ánimo en sus vidas justo en el momento más adecuado.

La consideración es una virtud escasa. A lo mejor, todos requerimos de un esfuerzo mayor de dejar de pensar en nosotros mismos lo suficiente para hacer un espacio en el que pensemos - realmente pensemos- en los demás. Sé que para mí, sería una cualidad adquirida, no innata.

Hay personas que han usado de la consideración hacia mí y mi familia en los momentos precisos en que más nos hacía falta. Hemos conocido el enorme ánimo que te traen esos momentos. La bendición recibida es tan grande que me quedo maravillado del considerable esfuerzo que hicieron para sernos bendición. No solo pensaron en nuestra situación, sino también invirtieron su tiempo, energía y recursos en aquello.

Mi blog de la semana pasada (greg-palabrasdelpastor.blogspot.com/2010/09/la-patria-amada.html) se tornó en un momento de reciprocar la consideración de otros, aunque, a decir verdad, fue casi por accidente (al menos de mi parte).

De paso, había mencionado el nombre de aquel pastor que Dios usó para abrir nuestros corazones y mentes los primeros meses después de nuestra entrega a Jesús. La consideración con que él y su esposa nos habían tratado tuvo un efecto duradero.

No habíamos sabido de él en más de 35 años. La semana pasada, fue casi milagroso cómo una de sus nietas llegó a leer mi blog, luego se lo compartió a su mamá, quién, a su vez, se lo compartió a su papá.

Unos pocos días después, pude hablarle por teléfono desde Cancun. Fue para mí una bendición indecible el poder informarle con mis propias palabras, después de tantos años, que todo el fruto que haya de nuestro ministerio en Cancun, ¡es suyo también!

Así que, ¿ya ves? Te conviene seguir mi blog. Aquí Dios revela detallitos de vez en cuando que te podrían cambiar la vida! jajaja... por supuesto que es broma...

Pero, aun me pesa algo: un intento débil de escribir algo animoso se convirtió en una bendición mayor de lo que pudiera haber adivinado, tanto para mí como para otros.

¿Qué sucedería si me esforzara más en ser una persona considerada?

¿No serían mis intentos de animar más oportunos? ¿más frecuentes? ¿más "justamente lo que se necesitaba y justamente en el momento necesario"?

“Así que, sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación.” (Romanos 14:19)

martes, 21 de septiembre de 2010

La Patria Amada...

(Las Fiestas Patrias de la semana pasada me impulsaron a terminar esta entrada.)

"Salir de Estados Unidos es como bajar 10 kilos de peso y salir con una novia nueva." Phil Ochs

Estoy seguro que aquel cantante de folk de los años 60 tenía razones distintas que las mías para semejante declaración. Sin embargo, confesaré que a mi manera, ¡estoy de acuerdo!

Nuestras raíces son una cosa poderosa... las memorias de nuestra niñez, el amor a familia... (a veces la extraño tanto que duele).

Wausau, Wisconsin, donde Linda estuvo hospitalizada en junio, se encuentra cerca de familia: mi sobrina y esposo ahí viven; papá, hermana y cuñado a 40 minutos al norte en Tomahawk; mamá en una unidad de Alzheimer's a 20 minutos al este de ellos en Rhinelander; a los 5 minutos al sur de Rhinelander, el Lago Julia, donde los abuelos tenían su "resort" cuando yo era niño.

Memorias profundas y tan dulces que duelen; olores tan conocidos que te trasladan al instante 50 años atrás; memorias tan cristalinas que te hacen pensar que algo de las almas de los que ya se fueron aún reside en los lugares donde los conocías.

Wausau, Wisconsin es también donde asistíamos a una congregación entre 1972-73. El pastor, Gilbert Nemeth, abrió nuestra mente en muchas maneras en los primeros meses después de entregar nuestros corazones a Jesús.

A pesar de mis raíces y su atracción magnética tan poderosa que aun ejercen sobre mí, comencé a sentirme... restringido, encerrado, casi claustrofóbico... no fue culpa de nadie... la atención que recibió Linda en el Hospital fue excelente; el tiempo con familia fue de un valor incalculable.

Sin embargo, hay una parte de mí que no le pertenece ni a mi familia ni a mi hermoso Estado de Wisconsin. Es esa parte que responde con gozo y llenura al bajarme del avión nuevamente en Cancun.

A veces, ¡creo que estoy loco!

Aborrezco el calor... desde siempre. Las primeras dos semanas de regreso aquí, me sentía como atropellado por un camión. Disfruto las playas de Cancun tanto como visita a hospital. Dénme una cabaña en la nieve en alguna montaña alta y una cafetera. (Bueno, y un nuevo Kindle 3G, también, para que me la pase leyendo).

Aborrecía la comida... pero ya no. Ahora, hasta a mi avena del desayuno le echo picante.

Ni aborrecía ni amaba a los mexicanos. No conocí a ninguno hasta la universidad.

Lo que comenzó en el año 1975 como el intento de ser obediente a la voluntad de Dios, se fue convirtiendo en amor profundo y gratitud. Actualmente nos sentimos tan orgullosos de ser inmigrados legales, residentes de México, como cualquiera que sienta amor por su patria. Queremos mucho a la gente que Dios permite en nuestras vidas. Hay cosas que son más difíciles aquí; pero también, hay cosas que son más fáciles.

He ahí, mi solidaridad con la declaración de Phil Ochs. ¿Por qué me sentiría así? Para comenzar, porque Dios permite que tengamos un ministerio... el que sea es bueno... pero, puesto que es aquí, ¡nos encanta estar aqui! En cierta forma, no estoy completo sin él.

¿En dónde es tu patria amada? La mía es el cielo; la mía es disfrutar la voluntad de Dios para mi vida. No podría estar más feliz que en el lugar donde Dios me permita esa medida especial de utilidad en su reino.

Yo deseo que la perfecta voluntad de Dios sea -cuando menos- tan real y enriquecedora y animadora para tí como lo ha sido para mí.

“entonces te deleitarás en Jehová; y yo te haré subir sobre las alturas de la tierra, y te daré a comer la heredad de Jacob tu padre; porque la boca de Jehová lo ha hablado.” (Isaías 58:14)

jueves, 2 de septiembre de 2010

Es lo que es...

Aun las tinieblas no encubren de ti, Y la noche resplandece como el día; Lo mismo te son las tinieblas que la luz.” (Salmos 139:12)

Cuando nos tumba la tragedia, cuando las enfermedades nos alcanzan, cuando un momento de crisis no suelta y se van atando momentos sucesivos de crisis, convirtiendo el momento en horas, días y noches de más de lo mismo, ¿qué juego de emociones y qué proceso mental predominan en nosotros?
  • ¿por qué a nosotros?
  • ¿por qué esto?
  • ¿por qué ahora?
  • ¿por qué Dios no lo compone?
¿Por qué gastamos tanto tiempo en preguntar, por qué?

Ya sabemos que Dios es...
  • Soberano - “su dominio es dominio eterno...” (Daniel 7:14b)
  • Bueno - “Bueno eres tú, y bienhechor...” (Salmos 119:68a)
  • Amoroso - “...Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia.” (Jeremías 31:3)
  • Inmutable - “Tus testimonios son muy firmes...” (Salmos 93:5a)

Ya sabemos que el propósito de Dios para nosotros se puso en marcha mucho antes de que naciéramos. ¿Te acuerdas de aquel que nació ciego?

1 ¶ Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento. 2 Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego? 3 Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él.” (Juan 9:1-3)

Ya sabemos qué esperar de esta existencia temporal; que el estar en Cristo no nos exenta de la condición humana. “...En el mundo tendréis aflicción...” (Juan 16:33b)

Ya sabemos que, pase lo que pase aquí, eterno descanso y victoria nos esperan... aún no, pero, sí más pronto de lo que pensamos!

Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria;” (2 Corintios 4:17)

Así que, ¿Cuál es la bronca?

¿Por qué tanto preguntamos, por qué?

A veces, la respuesta es la misma que le diste a tu hijito cuando por enésima vez te preguntó, ¿y por qué? Y tu respuesta fue, “porque sí”.

Es lo que es. Si entendemos o no, si nos resignamos o no, si estamos en Cristo o no, ¡es lo que es!

No debe haber tanto lugar en el corazón del cristiano para la decepción. ¿No será que de repente estemos pensando que Dios prometió algo que tal vez no? Nuestro propio deseo de cómo queremos que sean las cosas nos prepara para tener problemas cuando las cosas no van así.

Cuando estemos acongojados, angustiados, agotados, a penas si funcionando, que el Señor nos dé gracia y espacio para reflexionar:
  • ¿Me creo exento de la condición humana que afecta a los demás?
  • ¿Dios me ha mentido? ¿Ha sido incumplido conmigo?
  • ¿Abracé a Jesucristo pensando en que mi existencia temporal cambiaría o en la eterna victoria que me prometió sobre el mundo?
    ¿Qué dijo Jesús?
    “En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.” (Juan 16:33)
Nuestro Dios es Señor sobre toda la condición humana. Estando del otro lado de nuestros días más oscuros, a veces se nos permite ver un poco de cómo Dios fue glorificado, cómo se ensanchó su reino, cómo se fortalecieron algunos, cómo se acercaron a Cristo otros.

 ¡Sí! nuestro mundo es lo que es, pero, ¡fíjate! Dios es Dios y Él también ¡es lo que es!

 Jamás se olvida de nosotros, nunca nos falla, su gloria nunca es menos, su brillo nunca disminuye, aun cuando nos da trabajo verlo en medio de nuestra oscuridad personal.

"...Lo mismo te son las tinieblas que la luz.” (Salmos 139:12b)
 

domingo, 18 de julio de 2010

Volviendo a la "normalidad"...

Partimos de Cancun el 02 de junio para Wisconsin, USA. El día 17 debíamos salir de Wisconsin al Estado de Washington para pasar unos días con nuestra hija, Rebekah, y su familia.

Ese día, amaneciendo, mi esposa, Linda, no despertaba bien, no respiraba bien. La llevamos a Urgencias... en cuestión de minutos la diagnosticaron en crisis pulmonar y cardíaco... una hora después la subieron a un helicóptero para el traslado al mejor hospital regional, en Wausau, Wisconsin, a 50 km de donde vive mi papá.

Para las 4:00 de la tarde, la sometieron a un cateterismo... no hubo bloqueo, arterias bien, pero su corazón no bombeaba ni a un 25% de lo normal... le metieron un globo/bomba al corazón... con todo y ventilador (respirador), pues también traía un pulmón colapsado.

Estuvo hospitalizada 15 días, 11 de ellos en Cuidados Intensivos. Los primeros 6 días no veíamos muchas esperanzas de que sobreviviera.

Mediante nuestros hermanos en Cristo en Cancun y cientos de creyentes en EEUU que estaban orando por nosotros, recibimos una consolación muy fuerte. Si Linda se iba, era porque el Señor la llamaba a casa. Traía testimonio clarísimo de haber recibido a Jesús en su vida. Sabemos que para el creyente, "el vivir es Cristo, y el morir ganancia" (Filipenses 1:21). Y si se recuperaba, pues toda la gloria a Dios...

Linda regresó. Salió del hospital el 01 de julio. Seguimos en Wisconsin, cerca del cardiólogo y el hospital, mientras siga su camino de recuperación.

Hemos visto a cada paso en esta fuerte experiencia la mano de Dios. Nuestras vidas están bajo su completo control. Vivimos solamente porque su perfecta voluntad así lo desea.

Lo bonito es que nuestro Dios Soberano sea también -mediante el sacrificio de Su Hijo por nuestros pecados-  misericordioso, benévolo, y dispuesto a escuchar las oraciones de sus hijos.

Espero retomar ya lo de mis blogs, pues disfruto contar las maravillas de nuestro Dios. 

miércoles, 26 de mayo de 2010

Observando el trabajo de Dios...


 “Pero teniendo el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: Creí, por lo cual hablé, nosotros también creemos, por lo cual también hablamos,” (2 Corintios 4:13)

El domingo recibimos a gente de cuatro de nuestras iglesias en Cancun. Todos pudimos escuchar los testimonios de un total de nueve personas que esperaban el bautismo, incluyendo a dos de nuestro grupo en Alamos. Normalmente, cada iglesia hace esto a su manera, muy a menudo, bautizando en el mar. Sin embargo, estando adentro, con un buen sistema de sonido, se nos permitió a todos escuchar dos excelentes mensajes de la Biblia; y además, las palabra de cada uno de los testimonios. Y ayuda que ahora sí tenemos un hermoso bautisterio. ¡Todo el mundo se retiró gozoso por la manera en que trabaja Dios!

He aquí, unos de los testimonios. Espero que te “refresquen los huesos”, así como a los nuestros:


Mario Fernández predicando de Romanos 5:1-11, “Los Beneficios de la Fe Salvadora”. En sus años 20, pronto a casarse con una creyente fiel de la Iglesia Berea, creemos que estamos viendo a un futuro pastor.

  
Los candidatos de bautismo que llegaron con el Pastor Jaime Balam (extrema derecha), de la Iglesia Bautista Berea, Cancun centro; Misión Bautista berea, Region 100; y la Iglesia Bautista Independiente, Región 236 (Rancho Viejo). No aparecen en la foto las dos de Alamos.






Pastor Jaime Balam predicando sobre el bautismo:

En esencia: solamente la fe en Jesús nos salva; sin embargo, ahora que somos hijos de Dios, ¿qué tipo de hijo vamos a ser: obediente o rebelde?

  


 
 



Hace 3 años, el jóven Alberto fue asaltado en la calle, tan golpeado que un tiempo temían por su vida. Durante el largo proceso de recuperación (aun se ven las cicatrices) es cuando abrió su corazón al Señor. Le dio gracias a Dios por su nueva vida en Jesús y estaba muy feliz de poder bautizarse por fin, ¡si es que su iglesia lo aceptaba!


 

 

Llorando sobre cómo el Señor la rescató de una vida difícil y rebelde. Ahora su mayor preocupación es su hijo adolescente que necesita ver en ella un buen ejemplo de cómo seguir a Jesús.







Santos había sido de vida dura, tomaba mucho, hasta hace como 18 meses cuando su hijito vio a alguien conocido que se acababa de suicidar. El chico quedó severamente traumado y la experiencia, incluso cómo se está recuperando su hijo, fue lo que le abrió el corazón al Señor. Expresó su deseo de bautizarse porque, ahora sí, entiende de qué se trata. Quiere ser un hijo de Dios obediente y quiere fortalecerse más en Dios.

Las brujeritas de la casa. Tomamos esta foto regresando de comer el domingo. Nos encanta cómo brotan todas al mismo tiempo. Mucho más impresionante que una por una.

Me hizo pensar en lo que acabábamos de testificar en la mañana. ¡Qué hermoso cuándo los creyentes en sus respectivas iglesias puedan “brotar” al mismo tiempo! Mucho más impresionante que esparcidos, cada uno por su cuenta, y no sincronizados con los demás.

“Por lo cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así como lo hacéis.” (1 Tesalonicenses 5:11)

viernes, 30 de abril de 2010

El lobo estepario...


Hermann Hesse (1877-1962) fue autor suizo-alemán que estaba de moda en los años '60 cuando yo conocí sus escritos. En "El Lobo Estepario" (Der Steppenwolf), Hesse introduce al personaje principal, el Sr. Harry Haller, de esta manera:

"Pues, no era un hombre sociable. La verdad, era anti-social a un grado que no había experimentado en ningún otro. Era, de hecho, así como se había autonombrado, un lobo de la Estepa, un ser raro, esquivo--muy esquivo, de un mundo distinto al mío.¡Cuán profunda la soledad a que había llegado su vida debido a su disposición y destino!..." (traducción mía del inglés)

Un lobo de la Estepa: una descripción particularmente apta para algunos; una tendencia innata en todos.

Hay algunos que nos sentimos como vagabundos, desarraigados, viendo la banalidad de la vida cotidiana como quien ve una película, no como parte de ella, sino de afuera hacia adentro. No despreciamos a los que llevan una vida "normal". No. Les envidiamos, aunque siempre concientes de que de algún modo no pertecenemos ahí.

Hay cierta inquietud empotrada en el machismo caído del hombre... una mezcla curiosa de sensaciones: la necesidad de dominar, de asumir el control, de ser responsable, mientras todo el tiempo huyendo de los compromisos que aquello implica. Así que, escogemos mejor una vida de estepa... pareciéramos aventureros valientes, me imagino, pero, se convierte en una vida de evitar compromisos, de andar vagando de un modo que nos gusta llamar "libertad", sin lastimar a nadie, sin deberle a nadie; "friends with benefits" (amigos con prestaciones)... claro... justo lo que nos conviene. No es sorpresa, pues, que terminamos siendo cobardes, vagabundos de manos vacías, ocupando espacio en el planeta sin ningún propósito tangible para estar aquí.

Hay, a veces, cierto elemento noble en nuestra renuencia a involucarnos y comprometernos. Nuestros demonios internos nos convencen de que vivir aparte de los demás es una necesidad. Nos conocemos demasiado bien. No confiamos en nosotros mismos para no hacerles daño a los que se nos acercan demasiado... vea nomas nuestro historial.

Detrás de las bravuconadas, reside un nerviosismo que nos mantiene evadiendo, moviéndonos, guardando distancia. Somos más sensibles de lo que aparentamos. Lo que piensan los demás, sí, nos importa. Real o imaginado, vemos los rostros severos... sentimos los dedos de los intolerantes y legalistas apuntándonos cuando les damos las espaldas. De algún modo, "sabemos" que los demás desaprueban de cómo somos. "¿Ya ves? Es más seguro para mí si me alejo..."

Más adelante en el libro, Haller exulta, "La soledad es independencia. Había sido mi anhelo y con los años lo logré. Era fría. Oh, ¡bastante fría! Pero también era quieta, maravillosamente quieta y vasta como la quietud fría del espacio en que giran las estrellas." (traducción mía otra vez)

Cuidado con lo que pides... El resultado de esculpir una existencia solitaria no necesariamente incluye un espíritu enriquecido, solo un estado profundo de soledad que rápidamente se convierte en desánimo, desesperanza.

Cuando Dios tocó mi vida por el evangelio de su Hijo, entendí que yo era más que un polvito pegado en un polvito más grande en el cosmos. Hallé por qué seguir vivo. Había sido un vagabundo solitario; Él me convirtió en peregrino. Resulta que ahora estoy aquí de paso, voy rumbo a casa, con una misión a cumplir con el tiempo que me queda.

Junto con este cambio vino otro, aunque más despacio y más difícil de mantener: me guió de la vida de estepa a comunidad espiritual y servicio... una transición dolorosa. Involucrarme y comprometerme con otros seres humanos no es un concepto que por naturaleza me emociona. Pero me hace falta... ¡Dios sabe que me hace falta!

Sí, hay riesgo en comprometernos con un cuerpo particular de creyentes;
Sí, hay riesgo en la transparencia requerida en un discipulado eficaz;
Sí, hay riesgo en buscar amistad con otros en el ministerio;
Pero... ¡vale la pena!

Hay tanto de lo que necesitamos para sobrevivir que no descubriremos a solas bajo las estrellas, sino en la compañía cálida de otros peregrinos.

martes, 13 de abril de 2010

En la presencia de Dios...



“...porque se sostuvo como viendo al Invisible.” (Hebreos 11:27)

¿En qué momento te has sentido más en la presencia de Dios? Creo que, si fuera una persona más espiritual, yo diría, "en la noche mientras estoy orando." Tristemente, para mí, no es el caso.

No estoy buscando aquí música espeluznante de órgano y escalofríos. Estoy casi seguro que no me espera ninguna experiencia mística a la vuelta de la esquina. Es fastidioso, a veces, tratar con tanta superstición, tanto confundir rituales con renacer, tanto emocionalismo atribuído al Espíritu Santo, tanta espera de alguna manifestación abrumadora que le dé a uno el último empujoncito hacia una fe salvadora.

Habiendo dicho eso, aun confieso que hay momentos en que me he sentido -¿me atreveré a decirlo?- un poco como Moisés en la presencia de Dios en el Monte Sinaí; momentos que me infunden el deseo de "sostenerme" como siervo de Dios; momentos que les vienen a los que, como el Apóstol Pablo, son "partícipes" del Evangelio. “Y esto hago por causa del evangelio, para hacerme copartícipe de él.” (1 Corintios 9:23)

En nuestro estado natural, somos tan espantosamente patéticos, débiles, auto-destructivos, y aun así, ¡tan confiados en nuestra propia sabiduría! Hemos leído mucho; nuestras dudas sobre la Biblia nos parecen inteligentes; nuestro escepticismo sobre la existencia de Dios nos parece tan bien informado. “Y si alguno se imagina que sabe algo, aún no sabe nada como debe saberlo.” (1 Corintios 8:2)

Además de eso, padecemos de una ceguera inherente respecto a las cosas espirituales: miramos fijamente la verdad, pero no la vemos; escuchamos palabras acerca de Dios, pero a Él, no lo oímos; abrazamos las formas y los símbolos religiosos, pero los confundimos con el producto genuino; tenemos la Biblia, pero la Biblia no nos tiene a nosotros.

“Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere” (Juan 6:44a). Palabras acertadas de Jesús...

De repente, la odisea de "¿qué es la verdad?" de Poncio Pilato a "¿Qué debo hacer para ser salvo?" del carcelero de Filipo, toma proporciones del tamaño de una épica de Homero, requiriéndose a cada paso una intervención divina.

Así que: ¿se te hace extraño? Por semanas y meses acompaño a alguien que comienza su viaje espiritual en el escepticismo. Hoy se me acerca en su momento de fe salvadora. La urgencia, la fe sencilla, el corazón abierto, la humildad, la reverencia y el gozo... ¿podrá ser más palpable la presencia de Dios?

Más que cualquier otro, estos son los momentos que me ayudan a sostenerme, "como viendo al Invisible".

martes, 16 de marzo de 2010

Dolores de crecimiento...

“de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.” (Efesios 4:16)

El trabajo de Dios comienza y termina con el hacer discípulos, del tipo que crecen juntos y forman un cuerpo particular y funcional de creyentes, o sea, una iglesia. ¿Cómo llegas de no iglesia a iglesia? ¿de cero a madurez? Quisiera que se convencieran más creyentes de la siguiente generación a visualizar y comprometerse con el proceso entero... sea en su propia colonia o “hasta lo último de la tierra” (Hechos 1:8).

Contextualmente, esta madurez denota dos fenómenos que se dan simultáneamente:

  1. una convergencia... “bien concertado y unido entre sí”. Somos llamados de diversas vidas pasadas, colocados por el Espíritu Santo en un cuerpo particular de creyentes (1Cor. 12:18), y mandados a someternos a Dios y a los demás para un bien común mayor; una convergencia tal que ese manojo de creyentes individuales se convierta en un solo organismo saludable.
  2. una divergencia... “recibe su crecimiento”. Una iglesia, para crecer y mantenerse saludable, no puede estarse alimentando siempre de sí mismo. Cobra fuerza por extender su ministerio hacia afuera... en busca de ovejas nuevas que pueda abrazar e incorporar como partes funcionales del cuerpo. El proceso queda incompleto hasta que haya reproducción de discípulos, maestros, pastores y el nacimiento de otras iglesias.


Un pequeño problema: ¡nuestra naturaleza humana se opone a la razón de ser de una iglesia! ¿Hacer iglesia con... gente? De veras, es cierto, ¡Dios tiene un sentido de humor!

Algunos dolores de crecimiento se deben a una confrontación contínua a actitudes, que si les damos rienda suelta, desharán todo. Si toda oveja fuera libre e independiente, no habría nunca rebaños, tampoco lugares en que los pastores pastorearan, y además, tampoco ovejas saludables. ¿Cómo es que algunas ovejas se creen menos ovejas que las demás ovejas? Ya... mejor dejo eso.

A veces los dolores de crecimiento surgen cuando la línea se nubla entre estar celoso de la obra de Dios y estar simplemente... celoso. Dividir y delegar resultan en multiplicar la obra de Dios. Hechos 6:1-4 nos muestra cómo los apóstoles aprendieron a delegar responsabilidades... ¡y muy a tiempo para evitar un desastre! Grupos más pequeños y bien atendidos representan una potencial mayor que uno grande... más gente involucrada directamente... así que también aumenta la probabilidad de más fruto. De repente, tenemos que estar dispuestos a soltar, a fin de que otros nos ayuden en el proceso de multiplicación.

A los creyentes mayores de edad, solemos contentarnos con lo mismo de siempre, la misma rutina. Aunque no lo creas, a veces me llega el comentario, “Me gustan más los domingos cuando tú predicas.” Estas palabras no derriten mi corazón ni me llenan de gozo. Para mí, significan que tenemos a algunos creyentes mayores a quienes aun les hace falta crecer. Tienen que aprender a abrazar lo nuevo y, especialmente, a mantener los ojos en Jesús y los oídos en Su Palabra, no importa el vaso que Dios esté usando.

También, los pastores experimentamos dolores de crecimiento. Cuando no nos hacen caso, cuando no hay suficientes elementos para trabajo en equipo, terminamos molestos, frustrados. Empezamos a hacer reglas, a imponer órden, a alzar la voz, y pegar el púlpito. Luego sentimos que el camino a seguir es el de los ultimátums... “Si no te gusta cómo hacemos las cosas aquí, ahí está la puerta.” Curiosamente, terminamos más lejos de Efesios 4:16.

Todos los domingos, testifico un milagro que refresca mis huesos. El próximo domingo, si el pueblo de Dios se presenta, si hay casa llena y visitas como el domingo pasado, una vez más me voy a quedar sin palabra, agradecido y maravillado de la poderosa obra de la gracia de Dios. ¡No hay nada más que nos pudiera mantener juntos! ¡No hay nada más que nos hiciera desear más de lo mismo!

“...mas cuando el pecado abundó,
sobreabundó la gracia;”
(Romanos 5:20b)

sábado, 27 de febrero de 2010

El uso divino del pretérito...


TRAD.: “Por supuesto que la economía mexicana es más lenta...
les quita tiempo conjugar todos esos verbos.”

De entrada nos decían que para aprender otro idioma sería necesario aprender bien el tuyo. Resultó muy cierto. Es duro, pero el premio viene años después cuando te sientas tan cómodo en el idioma aprendido como en el natal.

El corazón del castellano ha de ser la precisión de los modos y tiempos de los verbos, para todos los cuales existe su conjugación especial. Además de memorizar las conjugaciones, hay que reconocer cuándo y cómo se usan... lo que es hasta más difícil. Para los de habla inglés, hay partes que corresponden directamente y hay partes que ni traduciendo se entienden. Diría que el dominio del modo subjuntivo sería de las áreas más díficiles para nosotros.

En cambio, cuando tienes que armar el rompecabezas de un idioma nuevo, ves más claramente muchos detalles gramáticales en que no te fijas tanto leyendo en el tuyo.

Me acuerdo cuándo empecé a captar la distinción en el tiempo pasado entre imperfecto y pretérito. Generalmente, el tiempo imperfecto describe una condición o algo que sucede en el pasado, mientras el pretérito marca una acción que terminó de hacerse en el pasado.

Se me comenzaron a resaltar pasajes de la Biblia en cuanto a la salvación que tenemos en Cristo Jesus que aparecen en el tiempo pretérito... acciones hechas y terminadas de hacerse en el pasado. Se reforzó lo que ya sabía: la salvación que nos hacía falta... ¡Dios ya la hizo!

según NOS ESCOGIÓ en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor HABIÉNDONOS PREDESTINADO para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual NOS HIZO aceptos en el Amado,” (Efesios 1:4-6)

Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que NOS AMÓ, aun estando nosotros muertos en pecados, NOS DIO vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él NOS RESUCITÓ, y asimismo NOS HIZO SENTAR en los lugares celestiales con Cristo Jesús,” (Efesios 2:4-6)

Porque a los que ANTES CONOCIÓ, también los PREDESTINÓ para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a éstos también LLAMÓ; y a los que llamó, a éstos también JUSTIFICÓ; y a los que justificó, a éstos también GLORIFICÓ.” (Romanos 8:29-30)

¿Ya gozas de esta salvación?

Todo lo que falta es que te des cuenta y que abraces por fe lo que Dios te preparó mediante el sacrificio de Su Hijo. ¡Qué descanso! ¡Qué certeza!

No es para que te pongas religioso... ¡qué frustrante y aburrido sería! Mejor, ¡abraza a Jesús! ...mejor vida abundante y eterna que religiosidad muerta.

Si de ir al cielo se trata, tus esfuerzos no cuentan para nada, tu fe en Jesús, ¡Sí!


“Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe
sin las obras de la ley.” (Romanos 3:28)

viernes, 12 de febrero de 2010

Al tanto de Orbus...


¿Te acuerdas de Orbus? Ya tiene cuatro meses y medio. Aquí van unos pensamientos sobre la analogía que sigo viendo en su rescate:

Orbus va a ser más grande de lo que me imaginé.

Debo recordar eso en cuanto a la gente que Dios pone en mi camino para que yo la testifique. Solo Él sabe lo que será de ellos después... nada que ver con su historial y todo que ver con la gracia de Dios en sus vidas. No debo limitar mis expectativas para ninguno que haya abierto su corazón al Salvador.

La acción insignificante de traer a Orbus a casa alteró radicalmente su destino.

Debo vivir a la expectativa de oportunidades de ver lo extraordinario en lo ordinario. Rescatar es el corazón del trabajo del reino de Dios. Pero, no necesito ser paramédico para eso. Puedo hacerlo mediante acciones sencillas: sacar a alguien a tomar un café, responder cuidadosamente un correo, ponerme a escuchar en silencio, y contestar sinceramente las preguntas que me hagan. Ser parte de que alguien más encuentre a Jesús me hace sentir que entendí la parábola de la oveja perdida: “Gozaos conmigo, porque he encontrado mi oveja que se había perdido.” (Lucas 15:6b)

Orbus es parte de la familia ahora.

No es el perro más guapo de la calle; su ladrido es más un lloriqueo-gruñido-lloriqueo (aunque, sí, ocupa todo el cuerpo para sacarlo); le gusta “morder” el agua que sale de la manguera; cuando van llegando los niños a la congre, se mete debajo del sofá en mi estudio y finge estar dormido.

Pero, a pesar de eso, lo queremos y él nos devuelve el cariño. Él y Tango-el-gato son grandes amigos. Al principio, Tango-el-gato lo tiraba rodando entre cocina y sala; últimamente Orbus se lo paga con la misma moneda. Como sea, Orbus ahora es uno de nosotros y no pensamos tanto en sus rarezas.

Desde que le entregué mi corazón a Jesús, he sido parte de la familia de Dios. Me encuentro llevándome con gente que antes consideraba bastante rara. Bueno, a decir verdad, ¡sigue siendo gente rara! Pero luego me pongo a pensar: el que yo soporte las rarezas de los demás no ha de ser tan difícil como el que ellos soporten las rarezas mías. Como sea, yo soy parte de ellos ahora y no piensan tanto en mis rarezas. “...nos hizo aceptos en el Amado,” (Efesios 1:6b)

Orbus ha comenzado a aprender comandos básicos y obediencia.

Nuestra sobrina, Tina, trabajó con él las tres semanas que estuvo de visita con su mamá. Tristemente, se tuvieron que regresar a su tierra hace unos días. Eso quiere decir que si no persisto con su entrenamiento, Orbus al rato va a ser más molestia que bendición.

Hay gente alrededor de mí que comienza a aprender la obediencia a Jesús. Si no persisto en su entrenamiento, al rato puede ser más molestia que bendición en el trabajo del reino de Dios. Cuando se trata de Dios y Su Palabra, la obediencia selectiva no es obediencia.

Al mismo tiempo, Orbus tiene algo que realmente ¡me choca!

¡Nunca me da las gracias! Parece que ni idea tiene de qué tan suertudo es! Se la pasa felíz porque le doy de comer, lo acaricio, y le doy cosas que masticar. No valora cuánto hemos hecho por él. ¡Qué bruto! ¡Qué ingrato!

Bueno, ya no me está gustando la analogía. Pues, cada que lo pienso, es una maravilla que Dios no me saque a patadas de su casa de vez en cuando. Nunca confesaría que le he dado albergue a una actitud de que “Dios me lo debe”, pero es exactamente así cómo me porto. De alguna forma doy por sentado que mis necesidades y gustos básicos serán cubiertos... que si sufro no será por mucho tiempo... que si Dios quita será porque va a dar más después.

Orbus es un perro y le tengo que perdonar. Pero, ¿Cuál es mi excusa?

Siguiendo la tragedia en Haiti y acordándome de nuestros días pos-huracán en Cancun, me tengo que hacer una pregunta vergonzosa: ¿hace cuánto que he dicho, “gracias, Señor” por: despertarme hoy... techo... seres queridos aun a mi lado... un poco de agua para tomar... suficiente para bañarme... agua caliente para bañarme... con qué cepillarme los dientes... algo -cualquiera cosa- para comer... ropa... ropa limpia... zapatos... médico cuando lo necesito...?

¿Cómo es que tan fácilmente se me olvide que si fui rescatado por Jesús para toda la eternidad, cualquiera cosita demás que me dé es como el postre después de la cena?

jueves, 4 de febrero de 2010

"La salvación no es para todos, ¿verdad?

El lunes en nuestra clase de Teología Sistemática, tratamos el concepto de la salvación universal, algo propagado por algunos y aceptado de muchos como verdadero: básicamente que si Cristo ha muerto por todos y ha resucitado de los muertos, entonces todos ya están libres de juicio eterno.

Mientras la Biblia aclara que el sacrificio del Hijo de Dios fue completo, perfecto, y perpetuamente eficaz, también hace de manifiesto que muchos no escaparán de ese horror eterno. Ninguno siempre ha creído en Dios...ninguno jamás ha hecho suficientes buenas cosas para llegar al cielo... ninguno queda libre del pecado... ninguno es tan perfecto como para satisfacer las demandas de un Dios justo... ninguno va al cielo simplemente porque quiere.

A veces parece que hay un abismo ancho entre lo que creemos saber de Dios, la fe, o la religión y un momento real de personalizar Su mensaje de salvación. Debe haber ese momento decisivo en el que reconozcamos nuestra naturaleza pecaminosa y sus consecuencias, cuando oímos con entendimiento la invitación de Dios a arrepentirnos y creer en el Evangelio de Jesucristo, cuando concientemente lo invitamos, una vez por todas, a entrar en nuestra vida.

“El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.” (Juan 3:36)

Materia bastante básica... pero, lo que surgió de esa plática breve fue algo más pesado a tratar.

Un hermano querido -siempre el más callado- preguntó, "así que, la salvación no es para todos, ¿verdad?" Siguió con "es que mis hijos____" y luego estalló en lágrimas. Resulta que sus hijos, uno por uno, habían invitado a Cristo a vivir en su corazon a temprana edad. Hoy por hoy, no parece haber mucha evidencia de ello.


Me quedé maravillado de los demás que intentaron ministrarle algo de ánimo. Uno habló de cómo el hijo pródigo (Lucas 15:11-24) en ningún momento se parecía al padre mientras malgastaba su herencia; y, que no sabemos los tiempos y trabajo de Dios para hacer que los pródigos regresen a casa.


De mi parte, hablé de cómo habemos muchos padres con esos recuerdos: el hijo que llora hasta dormirse en la noche porque quiere tener a Jesús en su corazón; otro que con valentía se pasa al frente de una iglesia en una invitación a aceptar a Cristo.

¿En qué momento hizo Dios que fuera difícil recibir a Jesús? ¿En qué momento hizo Dios que fuera difícil que un nino recibiera a Jesús? A pesar de lo que ocurra después, se me hace incongruente que Dios, habiendo preparado una salvación tan maravillosa, deje fuera del cielo a un niño por una "falla técnica" en su modo de venir.

Sí es cierto... no todo el mundo irá al cielo al morir... no porque sean "extra malos", sino porque murieron sin recibir a Cristo por fe en su corazón.

“Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.” (Juan 3:17-18)

Sin embargo, el "ser salvo" no requiere tanta ciencia. De ser así, ¿Cómo es que los chavitos lo captan?

“Viéndolo Jesús, se indignó, y les dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios. De cierto os digo, que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él.” (Marcos 10:14-15)
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