martes, 16 de marzo de 2010

Dolores de crecimiento...

“de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.” (Efesios 4:16)

El trabajo de Dios comienza y termina con el hacer discípulos, del tipo que crecen juntos y forman un cuerpo particular y funcional de creyentes, o sea, una iglesia. ¿Cómo llegas de no iglesia a iglesia? ¿de cero a madurez? Quisiera que se convencieran más creyentes de la siguiente generación a visualizar y comprometerse con el proceso entero... sea en su propia colonia o “hasta lo último de la tierra” (Hechos 1:8).

Contextualmente, esta madurez denota dos fenómenos que se dan simultáneamente:

  1. una convergencia... “bien concertado y unido entre sí”. Somos llamados de diversas vidas pasadas, colocados por el Espíritu Santo en un cuerpo particular de creyentes (1Cor. 12:18), y mandados a someternos a Dios y a los demás para un bien común mayor; una convergencia tal que ese manojo de creyentes individuales se convierta en un solo organismo saludable.
  2. una divergencia... “recibe su crecimiento”. Una iglesia, para crecer y mantenerse saludable, no puede estarse alimentando siempre de sí mismo. Cobra fuerza por extender su ministerio hacia afuera... en busca de ovejas nuevas que pueda abrazar e incorporar como partes funcionales del cuerpo. El proceso queda incompleto hasta que haya reproducción de discípulos, maestros, pastores y el nacimiento de otras iglesias.


Un pequeño problema: ¡nuestra naturaleza humana se opone a la razón de ser de una iglesia! ¿Hacer iglesia con... gente? De veras, es cierto, ¡Dios tiene un sentido de humor!

Algunos dolores de crecimiento se deben a una confrontación contínua a actitudes, que si les damos rienda suelta, desharán todo. Si toda oveja fuera libre e independiente, no habría nunca rebaños, tampoco lugares en que los pastores pastorearan, y además, tampoco ovejas saludables. ¿Cómo es que algunas ovejas se creen menos ovejas que las demás ovejas? Ya... mejor dejo eso.

A veces los dolores de crecimiento surgen cuando la línea se nubla entre estar celoso de la obra de Dios y estar simplemente... celoso. Dividir y delegar resultan en multiplicar la obra de Dios. Hechos 6:1-4 nos muestra cómo los apóstoles aprendieron a delegar responsabilidades... ¡y muy a tiempo para evitar un desastre! Grupos más pequeños y bien atendidos representan una potencial mayor que uno grande... más gente involucrada directamente... así que también aumenta la probabilidad de más fruto. De repente, tenemos que estar dispuestos a soltar, a fin de que otros nos ayuden en el proceso de multiplicación.

A los creyentes mayores de edad, solemos contentarnos con lo mismo de siempre, la misma rutina. Aunque no lo creas, a veces me llega el comentario, “Me gustan más los domingos cuando tú predicas.” Estas palabras no derriten mi corazón ni me llenan de gozo. Para mí, significan que tenemos a algunos creyentes mayores a quienes aun les hace falta crecer. Tienen que aprender a abrazar lo nuevo y, especialmente, a mantener los ojos en Jesús y los oídos en Su Palabra, no importa el vaso que Dios esté usando.

También, los pastores experimentamos dolores de crecimiento. Cuando no nos hacen caso, cuando no hay suficientes elementos para trabajo en equipo, terminamos molestos, frustrados. Empezamos a hacer reglas, a imponer órden, a alzar la voz, y pegar el púlpito. Luego sentimos que el camino a seguir es el de los ultimátums... “Si no te gusta cómo hacemos las cosas aquí, ahí está la puerta.” Curiosamente, terminamos más lejos de Efesios 4:16.

Todos los domingos, testifico un milagro que refresca mis huesos. El próximo domingo, si el pueblo de Dios se presenta, si hay casa llena y visitas como el domingo pasado, una vez más me voy a quedar sin palabra, agradecido y maravillado de la poderosa obra de la gracia de Dios. ¡No hay nada más que nos pudiera mantener juntos! ¡No hay nada más que nos hiciera desear más de lo mismo!

“...mas cuando el pecado abundó,
sobreabundó la gracia;”
(Romanos 5:20b)

1 comentario:

  1. Hola Greg buenas noches, solo para felicitarte por tu blog, y decirte que eres un excelente pastor y un excelente hermano en Cristo, admiro tu fortaleza y fe en el Señor por lo que paso con Linda. Asimismo pido oración por Desireé y mi esposa Mindy, y por mi para que sigamos adelante en la obra de Dios. Dios te siga bendiciendo grandemente, saludos a linda y a toda la congregación de alamos. Jorge Navarrete Jr.

    ResponderEliminar