jueves, 4 de febrero de 2010

"La salvación no es para todos, ¿verdad?

El lunes en nuestra clase de Teología Sistemática, tratamos el concepto de la salvación universal, algo propagado por algunos y aceptado de muchos como verdadero: básicamente que si Cristo ha muerto por todos y ha resucitado de los muertos, entonces todos ya están libres de juicio eterno.

Mientras la Biblia aclara que el sacrificio del Hijo de Dios fue completo, perfecto, y perpetuamente eficaz, también hace de manifiesto que muchos no escaparán de ese horror eterno. Ninguno siempre ha creído en Dios...ninguno jamás ha hecho suficientes buenas cosas para llegar al cielo... ninguno queda libre del pecado... ninguno es tan perfecto como para satisfacer las demandas de un Dios justo... ninguno va al cielo simplemente porque quiere.

A veces parece que hay un abismo ancho entre lo que creemos saber de Dios, la fe, o la religión y un momento real de personalizar Su mensaje de salvación. Debe haber ese momento decisivo en el que reconozcamos nuestra naturaleza pecaminosa y sus consecuencias, cuando oímos con entendimiento la invitación de Dios a arrepentirnos y creer en el Evangelio de Jesucristo, cuando concientemente lo invitamos, una vez por todas, a entrar en nuestra vida.

“El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.” (Juan 3:36)

Materia bastante básica... pero, lo que surgió de esa plática breve fue algo más pesado a tratar.

Un hermano querido -siempre el más callado- preguntó, "así que, la salvación no es para todos, ¿verdad?" Siguió con "es que mis hijos____" y luego estalló en lágrimas. Resulta que sus hijos, uno por uno, habían invitado a Cristo a vivir en su corazon a temprana edad. Hoy por hoy, no parece haber mucha evidencia de ello.


Me quedé maravillado de los demás que intentaron ministrarle algo de ánimo. Uno habló de cómo el hijo pródigo (Lucas 15:11-24) en ningún momento se parecía al padre mientras malgastaba su herencia; y, que no sabemos los tiempos y trabajo de Dios para hacer que los pródigos regresen a casa.


De mi parte, hablé de cómo habemos muchos padres con esos recuerdos: el hijo que llora hasta dormirse en la noche porque quiere tener a Jesús en su corazón; otro que con valentía se pasa al frente de una iglesia en una invitación a aceptar a Cristo.

¿En qué momento hizo Dios que fuera difícil recibir a Jesús? ¿En qué momento hizo Dios que fuera difícil que un nino recibiera a Jesús? A pesar de lo que ocurra después, se me hace incongruente que Dios, habiendo preparado una salvación tan maravillosa, deje fuera del cielo a un niño por una "falla técnica" en su modo de venir.

Sí es cierto... no todo el mundo irá al cielo al morir... no porque sean "extra malos", sino porque murieron sin recibir a Cristo por fe en su corazón.

“Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.” (Juan 3:17-18)

Sin embargo, el "ser salvo" no requiere tanta ciencia. De ser así, ¿Cómo es que los chavitos lo captan?

“Viéndolo Jesús, se indignó, y les dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios. De cierto os digo, que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él.” (Marcos 10:14-15)
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