viernes, 29 de octubre de 2010

AVISO: cambio de dirección...

Es el mismo blog, pero cambia la dirección a:


 El motivo es poder trabajar los dos blogs en español e inglés dentro de una misma cuenta de Google.

Si aquí me "seguiste" mediante Networked Blogs o Google Follower, te pido de favor que me vuelvas a "seguir" en la nueva dirección.


¡Muchísimas gracias!


Greg

miércoles, 20 de octubre de 2010

¿Por qué blogs simétricos en español e inglés?


¡¡¡PORQUE PUEDO!!!

(Síndrome de Tarzán... entra Greg, brincando en la mesa de la cocina, golpeándose el pecho y soltando su mejor grito posible al estilo de Johnny Weismuller.)  Disculpa que está en inglés...


El español para mí es una habilidad adquirida; no sabía ni una palabra hasta 1977. Tenía 27 años. Es algo con que me siento cómodo ahora porque he vivido prácticamente todo el tiempo en el idioma desde entonces. Casi toda mi experiencia en el ministerio y mi material preparado para sermones y estudios es en español.

Así que, si tengo esta habilidad, ¿por qué no presumirla?

Bueno, si termino aquí, ¡qué fea esta entrada!

Hay una tendencia en algunos de no esforzarse en asuntos espirituales... una renuencia a hacer lo mejor posible y usar sus talentos al máximo. ¿Por qué? por el miedo a fallar o a que alguien piense que son engreídos.

¿Por qué me he decidido trabajar el doble para mantener mis blogs simétricos en inglés y español? (ya me bajé de la mesa y estoy sentado a mi laptop)

La respuesta espiritual -y la más correcta- sería:

PORQUE SI PUEDO, ¡¡¡DEBO!!!

Como sea y por motivo que sea, Dios me permitió esta habilidad; sería una negligencia escandalosa de mi parte enterrarla y no sacarle el máximo provecho posible. Es, a fin de cuentas, suya, como yo soy suyo.

En mi caso, le debo a Dios. Y le debo a muchos de Su pueblo. Casi me siento como una persona partida en dos, un Cuento de Dos Ciudades, una biografía de dos capítulos....

Les debo a los del lado inglés de mi vida; les debo a los del lado español de mi vida. No les debo a todos exactamente lo mismo.

Le debo al capítulo inglés de mi historia por todo lo que me trajo al punto de poder tener un capítulo español en mi historia.

Le debo al lado español de mi vida lo más importante que recibí del lado inglés de mi vida. Como sucedieron las cosas, mi crianza, mi educación, mi conversión a Cristo, mi deseo de ministerio vinieron en ese tiempo. Y, mi deuda ahora es como la del Apóstol Pablo...

“14 A griegos y a no griegos, a sabios y a no sabios soy deudor. 15 Así que, en cuanto a mí, pronto estoy a anunciaros el evangelio también a vosotros que estáis en Roma.” (Romanos 1:14-15)

...el compartir el maravilloso mensaje de Jesucristo a los que él ponga en mi camino.

Basta con lo mío. Por favor, no me digas que no tienes nada que ofrecerle a Dios... a tu iglesia... a los que te rodean que aún no conocen a Cristo. ¡No te hagas!

¿Cómo va el refrán? "La pena es primo hermano del orgullo."

Nosotros no asumimos el papel que nos toca ni lo hacemos con el esmero que se amerita -no porque somos muy santitos y casi enfermamente humildes- sino por temor a la pena o la burla si otros se dan cuenta cuando la regamos. (y seguramente la vamos a regar de vez en cuando).

Para nosotros que estamos ministrando de algún modo público... cuando fallamos, es nuestro privilegio hacerlo delante de docenas o hasta cientos. Aquellos que se dejan vencer por la pena nos critican, pero lo hacen por cubrir sus propios traseros.

Hay consuelo. Una vez que checamos que nuestros propios motivos sean puros, podemos estar en paz. Podemos dejar que los criticones y los que solamente hacen excusas disfruten las consecuencias de sus propias maniobras.

Así que... por favor... estudia mi video de entrenamiento (arriba)... y ¡suéltate!

P.D. Hace poco subí dos páginas estáticas al margen derecho: "Más acerca de nosotros..." y "¿Por qué este blog?", por si alguien quisiera conocernos un poco mejor.

lunes, 11 de octubre de 2010

Fijando huesos rotos...


(basada en una experiencia de mi ministerio en Cancun y dedicado a un amigo en otro lado)

Una miríada de complejidades rodea al hermano "tomado en alguna falta" (Gálatas 6:1) Cada incidente trae su propio conjunto de elementos y circunstancias. Al contemplar una entrada de blog sobre esto, me pregunto, "¿por dónde empiezo?"

Sin embargo, sí, estoy seguro de una cosa:

¡Quiero que vuelva!

¡Y que esté mejor que nunca!

Creo que así lo desea Jesús también.

“Yo buscaré la perdida, y haré volver al redil la descarriada; vendaré la perniquebrada, y fortaleceré la débil...” (Ezequiel 34:16a)

Refrescar huesos es un reto, pero un ministerio divertido. Si lo hago bien, otros están felices. Y eso me hace felíz a mí.

Fijando huesos rotos es un proceso distinto... ayudando a que otros conozcan a Jesús, quién les ayuda a componer sus vidas de tal modo que no quieran ya otra cosa más que servirle.

Aun hay otro ministerio: a creyentes que se han caído y se les han roto los huesos espirituales. Para mí, aquí es donde se pone feo el asunto.

Conozco a una persona que se fracturó el brazo de chiquita. Hoy está bien. Pero cuando la ves, te das cuenta de que en algún momento en la vida se había fracturado el brazo y que nunca va a ser como antes.

Conozco a personas que se han caído y se les rompieron los huesos espirituales. Por alguna razón, los huesos rotos no se los fijaron bien. En cuanto las ves, te pones triste, porque pareciera que nunca van a ser como eran antes.

¿Será toda la culpa de los que se cayeron? ¿Qué tan bueno soy, realmente, para fijar huesos rotos?

Tengo una idea de cómo refrescar huesos; entiendo la teoría de fijar huesos rotos. Pero me siento como novato cuando se trata de personas que sus huesos rotos se los fijaron de tal modo que sean diferentes... pero no para bien.

Sé que no puedo arreglarle la vida espiritual rota a nadie. Solamente me pregunto si me da temor enfrentar las complejidades que se presentan; o si me da temor subir la luz para que quede al descubierto mi propia falta de capacidad para fijar huesos.

Confieso que mis propias ideas de cómo fijar huesos rotos pueden estorbar el trabajo de Dios en los que se me acercan.

Pero más allá de eso, una parte de la responsabilidad de los huesos mal fijados proviene de una fuente que me da miedo; una de que no me gusta hablar tanto ante todos en un domingo: el tipo de fundamentalismo en el que había envuelto mi cristianismo era parte del problema.

Había actitudes y suposiciones implícitamente proyectadas como parte de ser un "verdadero" cristiano que impedían mi capacidad de fijar huesos rotos.

De repente, pienso que los afectados deberían de demandarnos a nosotros los "fijadores de huesos"... porque a lo mejor hayamos tenido parte en su caída desde el principio.

En lugar de susurrar acerca de los heridos y caídos en el reino de Dios y de qué les haya pasado en su propio interior, tal vez sea más provechoso para mí enfocar más atención a mi propia capacidad de fijar huesos rotos.

Querido hermano que te caíste y se te rompieron los huesos espirituales: Ojalá y pudiera darte un abrazote y decirte en la cara, "¡No tuviste toda la culpa! ¡Te tendieron una trampa!" Jesús te ama más de lo que pareces aceptar por ahora. Te quiere ver de vuelta... y yo también! Siempre te querré... Greg

lunes, 4 de octubre de 2010

El peligro de una sola historia...

Este video lo vinculé a mi Facebook en mayo de este año. Para mí, valió la pena dedicarle 19 minutos de mi tiempo. Ahora que hay más tráfico en mi blog, quisiera compartirlo aquí también. Espero que sea de tanto provecho para tí como lo fue para mí.

(seleccionar "View subtitles" --- "Spanish" para subtítulos en español)



martes, 28 de septiembre de 2010

Te conviene seguir mi blog...

Hoy me di cuenta de que cumplo un año con mis dos blogs. Luego, se me ocurrió hacerlos paralelamente; o sea, que salieran los mismos temas en ambos idiomas.

Sigo contento con mi propósito original. Resulta que disfruto el tiempo que pueda invertir en cada entrada. Ha sido una labor más satifactoria de lo que me imaginé.

¿Qué tal si el texto lema para mis blogs se convierta en un ministerio real de "refrescar los huesos"? Lo que se inició al principio con poca premeditación podría, con algo de enfoque y esfuerzo, resultar en alivianar la carga de alguno, hacerle menos oscuro el día para otro, inyectando un momento de optimismo y ánimo en sus vidas justo en el momento más adecuado.

La consideración es una virtud escasa. A lo mejor, todos requerimos de un esfuerzo mayor de dejar de pensar en nosotros mismos lo suficiente para hacer un espacio en el que pensemos - realmente pensemos- en los demás. Sé que para mí, sería una cualidad adquirida, no innata.

Hay personas que han usado de la consideración hacia mí y mi familia en los momentos precisos en que más nos hacía falta. Hemos conocido el enorme ánimo que te traen esos momentos. La bendición recibida es tan grande que me quedo maravillado del considerable esfuerzo que hicieron para sernos bendición. No solo pensaron en nuestra situación, sino también invirtieron su tiempo, energía y recursos en aquello.

Mi blog de la semana pasada (greg-palabrasdelpastor.blogspot.com/2010/09/la-patria-amada.html) se tornó en un momento de reciprocar la consideración de otros, aunque, a decir verdad, fue casi por accidente (al menos de mi parte).

De paso, había mencionado el nombre de aquel pastor que Dios usó para abrir nuestros corazones y mentes los primeros meses después de nuestra entrega a Jesús. La consideración con que él y su esposa nos habían tratado tuvo un efecto duradero.

No habíamos sabido de él en más de 35 años. La semana pasada, fue casi milagroso cómo una de sus nietas llegó a leer mi blog, luego se lo compartió a su mamá, quién, a su vez, se lo compartió a su papá.

Unos pocos días después, pude hablarle por teléfono desde Cancun. Fue para mí una bendición indecible el poder informarle con mis propias palabras, después de tantos años, que todo el fruto que haya de nuestro ministerio en Cancun, ¡es suyo también!

Así que, ¿ya ves? Te conviene seguir mi blog. Aquí Dios revela detallitos de vez en cuando que te podrían cambiar la vida! jajaja... por supuesto que es broma...

Pero, aun me pesa algo: un intento débil de escribir algo animoso se convirtió en una bendición mayor de lo que pudiera haber adivinado, tanto para mí como para otros.

¿Qué sucedería si me esforzara más en ser una persona considerada?

¿No serían mis intentos de animar más oportunos? ¿más frecuentes? ¿más "justamente lo que se necesitaba y justamente en el momento necesario"?

“Así que, sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación.” (Romanos 14:19)

martes, 21 de septiembre de 2010

La Patria Amada...

(Las Fiestas Patrias de la semana pasada me impulsaron a terminar esta entrada.)

"Salir de Estados Unidos es como bajar 10 kilos de peso y salir con una novia nueva." Phil Ochs

Estoy seguro que aquel cantante de folk de los años 60 tenía razones distintas que las mías para semejante declaración. Sin embargo, confesaré que a mi manera, ¡estoy de acuerdo!

Nuestras raíces son una cosa poderosa... las memorias de nuestra niñez, el amor a familia... (a veces la extraño tanto que duele).

Wausau, Wisconsin, donde Linda estuvo hospitalizada en junio, se encuentra cerca de familia: mi sobrina y esposo ahí viven; papá, hermana y cuñado a 40 minutos al norte en Tomahawk; mamá en una unidad de Alzheimer's a 20 minutos al este de ellos en Rhinelander; a los 5 minutos al sur de Rhinelander, el Lago Julia, donde los abuelos tenían su "resort" cuando yo era niño.

Memorias profundas y tan dulces que duelen; olores tan conocidos que te trasladan al instante 50 años atrás; memorias tan cristalinas que te hacen pensar que algo de las almas de los que ya se fueron aún reside en los lugares donde los conocías.

Wausau, Wisconsin es también donde asistíamos a una congregación entre 1972-73. El pastor, Gilbert Nemeth, abrió nuestra mente en muchas maneras en los primeros meses después de entregar nuestros corazones a Jesús.

A pesar de mis raíces y su atracción magnética tan poderosa que aun ejercen sobre mí, comencé a sentirme... restringido, encerrado, casi claustrofóbico... no fue culpa de nadie... la atención que recibió Linda en el Hospital fue excelente; el tiempo con familia fue de un valor incalculable.

Sin embargo, hay una parte de mí que no le pertenece ni a mi familia ni a mi hermoso Estado de Wisconsin. Es esa parte que responde con gozo y llenura al bajarme del avión nuevamente en Cancun.

A veces, ¡creo que estoy loco!

Aborrezco el calor... desde siempre. Las primeras dos semanas de regreso aquí, me sentía como atropellado por un camión. Disfruto las playas de Cancun tanto como visita a hospital. Dénme una cabaña en la nieve en alguna montaña alta y una cafetera. (Bueno, y un nuevo Kindle 3G, también, para que me la pase leyendo).

Aborrecía la comida... pero ya no. Ahora, hasta a mi avena del desayuno le echo picante.

Ni aborrecía ni amaba a los mexicanos. No conocí a ninguno hasta la universidad.

Lo que comenzó en el año 1975 como el intento de ser obediente a la voluntad de Dios, se fue convirtiendo en amor profundo y gratitud. Actualmente nos sentimos tan orgullosos de ser inmigrados legales, residentes de México, como cualquiera que sienta amor por su patria. Queremos mucho a la gente que Dios permite en nuestras vidas. Hay cosas que son más difíciles aquí; pero también, hay cosas que son más fáciles.

He ahí, mi solidaridad con la declaración de Phil Ochs. ¿Por qué me sentiría así? Para comenzar, porque Dios permite que tengamos un ministerio... el que sea es bueno... pero, puesto que es aquí, ¡nos encanta estar aqui! En cierta forma, no estoy completo sin él.

¿En dónde es tu patria amada? La mía es el cielo; la mía es disfrutar la voluntad de Dios para mi vida. No podría estar más feliz que en el lugar donde Dios me permita esa medida especial de utilidad en su reino.

Yo deseo que la perfecta voluntad de Dios sea -cuando menos- tan real y enriquecedora y animadora para tí como lo ha sido para mí.

“entonces te deleitarás en Jehová; y yo te haré subir sobre las alturas de la tierra, y te daré a comer la heredad de Jacob tu padre; porque la boca de Jehová lo ha hablado.” (Isaías 58:14)

jueves, 2 de septiembre de 2010

Es lo que es...

Aun las tinieblas no encubren de ti, Y la noche resplandece como el día; Lo mismo te son las tinieblas que la luz.” (Salmos 139:12)

Cuando nos tumba la tragedia, cuando las enfermedades nos alcanzan, cuando un momento de crisis no suelta y se van atando momentos sucesivos de crisis, convirtiendo el momento en horas, días y noches de más de lo mismo, ¿qué juego de emociones y qué proceso mental predominan en nosotros?
  • ¿por qué a nosotros?
  • ¿por qué esto?
  • ¿por qué ahora?
  • ¿por qué Dios no lo compone?
¿Por qué gastamos tanto tiempo en preguntar, por qué?

Ya sabemos que Dios es...
  • Soberano - “su dominio es dominio eterno...” (Daniel 7:14b)
  • Bueno - “Bueno eres tú, y bienhechor...” (Salmos 119:68a)
  • Amoroso - “...Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia.” (Jeremías 31:3)
  • Inmutable - “Tus testimonios son muy firmes...” (Salmos 93:5a)

Ya sabemos que el propósito de Dios para nosotros se puso en marcha mucho antes de que naciéramos. ¿Te acuerdas de aquel que nació ciego?

1 ¶ Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento. 2 Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego? 3 Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él.” (Juan 9:1-3)

Ya sabemos qué esperar de esta existencia temporal; que el estar en Cristo no nos exenta de la condición humana. “...En el mundo tendréis aflicción...” (Juan 16:33b)

Ya sabemos que, pase lo que pase aquí, eterno descanso y victoria nos esperan... aún no, pero, sí más pronto de lo que pensamos!

Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria;” (2 Corintios 4:17)

Así que, ¿Cuál es la bronca?

¿Por qué tanto preguntamos, por qué?

A veces, la respuesta es la misma que le diste a tu hijito cuando por enésima vez te preguntó, ¿y por qué? Y tu respuesta fue, “porque sí”.

Es lo que es. Si entendemos o no, si nos resignamos o no, si estamos en Cristo o no, ¡es lo que es!

No debe haber tanto lugar en el corazón del cristiano para la decepción. ¿No será que de repente estemos pensando que Dios prometió algo que tal vez no? Nuestro propio deseo de cómo queremos que sean las cosas nos prepara para tener problemas cuando las cosas no van así.

Cuando estemos acongojados, angustiados, agotados, a penas si funcionando, que el Señor nos dé gracia y espacio para reflexionar:
  • ¿Me creo exento de la condición humana que afecta a los demás?
  • ¿Dios me ha mentido? ¿Ha sido incumplido conmigo?
  • ¿Abracé a Jesucristo pensando en que mi existencia temporal cambiaría o en la eterna victoria que me prometió sobre el mundo?
    ¿Qué dijo Jesús?
    “En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.” (Juan 16:33)
Nuestro Dios es Señor sobre toda la condición humana. Estando del otro lado de nuestros días más oscuros, a veces se nos permite ver un poco de cómo Dios fue glorificado, cómo se ensanchó su reino, cómo se fortalecieron algunos, cómo se acercaron a Cristo otros.

 ¡Sí! nuestro mundo es lo que es, pero, ¡fíjate! Dios es Dios y Él también ¡es lo que es!

 Jamás se olvida de nosotros, nunca nos falla, su gloria nunca es menos, su brillo nunca disminuye, aun cuando nos da trabajo verlo en medio de nuestra oscuridad personal.

"...Lo mismo te son las tinieblas que la luz.” (Salmos 139:12b)